martes, 30 de marzo de 2010

Desde mi ventana

Desde mi ventana puedo ver como pasa el tiempo. Puedo ver como los paisajes se modifican con el cambio de estación. Y sin pedir permiso nos cambia y altera a los humanos.
La ventana es el mejor de los lugares para ver que inexorablemente todo nace, y se extingue.
Si tuviésemos  la posibilidad de parar el tiempo, ¿en qué minuto exacto lo haríamos?
Eso es lo que me pregunto cada día que me paro a pensar, que el tiempo se escapa, y no podemos hacer nada.

jueves, 25 de marzo de 2010

Una barrera natural

Sí, es una de esas cosas, que no paras a pensar. Qué duro sería, pasar a pie las grandes montañas que separaban el norte de Hispania, del sur.
Y lo duro para esas personas,  que dieron su vida por Roma, para incrementar las arcas de  los reyes, césares, etc,  que siendo su único afán la riqueza, los honores o el reconocimiento militar, no dudaban en matar para conseguirlo u ordenar a hacerlo...
Sin dejar de nombrar a esas tribus que habitaban la zona, que no cesaron en su intento de seguir protegiendo lo único que tenían, a sus familias y su tierra...

jueves, 18 de marzo de 2010

"Mi casa y yo"

Desde su casa se accedía a una explanada de verdes valles, como todas las mañanas, su primera tarea era cuidar de sus animales, no había día que no velase por ellos. Desde que el gallo cantaba al alba, su única tarea era el cuidado de sus tierras, y de su granja. Tanta era la devoción que tenía por sus cosas que nunca había ido a una fiesta del pueblo, porque como decía: - Los animales no saben de fiestas, sólo de alimentarse.
Así pasaban los años y Fermín seguía atareado en sus labores, pero  una mañana de marzo tuvo una visita inesperada. No podía creer que es lo que sus cansados ojos veían, acercándose a la cancela de su hogar, llegaba una muchacha joven, de buen ver, y con un chiquillo en brazos. Fermín se preguntaba, que persona era capaz de interesarse por él, a demás del médico y del párroco. En esos pensamientos estaba, cuando sin darse cuenta, la chica le sonrió y le saludó.
Fermín no sabía ni que decir, como pudo dejó a un lado la gran cesta de manzanas, se pasó las manos por el pantalón, y se dirigió con voz tenue a la muchacha:-buenos días, ¿que es lo que se te ofrece?, la chica le sonrió pero esta vez añadió una risita que a Fermín no agradó. -He venido a contarte algo importante, respondió; pero este no es un buen lugar para que oigas lo que vengo a decirte.
Fermín, algo curioso, y bastante alarmado, la invitó a entrar en su hogar...

lunes, 15 de marzo de 2010

De lejos llegaron


... Hoy, Castro de Coaña

Hace bastante tiempo
... cuando las raices de nuestros antepasados todavía no se habían entremezclado con otras culturas, la gente sobrevivía, su única defensa era el muro que protegía el poblado, unas cuantas flechas, arcos, hachas rudimentarias, algunas que otras lanzas, y poco más. 
Su preocupación era poderse alimentar y no entrar en conflicto con los poblados de alrededor.
Pero llegó una mañana gélida de diciembre, distinta a las demás, se oían sonidos sordos de metales, un rugido ensordecedor tras las montañas parecía aproximarse... 
No tardaron en comprobar que algo estaba pasando... a lo lejos vieron toda una gran hilera de hombres, con extrañas vestimentas, que se eproximaban a paso firme y sin descanso. 

El rey del poblado ordenó que las tropas se armaran, sabían que aquello no traería buenas consecuencias.
Las mujeres y los niños corrían a esconderse, los hombres se unieron junto al fuego de Lug para consultar las runas, éstas daban la señal de sangre, sangre por doquier. 
Se dispusieron a luchar por sus gentes, a luchar por sus tierras... pero los hombres que les esperaban tras el muro no se lo iban a poner fácil.
...Todo ácabó muy deprisa, ellos contaban con fuertes espadas, y escudos que repelían cualquier intento de agresión, los invasores no tardaron en matarlos a casi todos, sólo respetaron la vida de los viejos y del rey,  a estos les fueron amputadas sus manos; otros no tuvieron mejor suerte, fueron apresados y hechos esclavos.
Para que vivir, si nunca  podrían ser usadas sus manos, para que vivir si nunca podrían estar ya con sus familias. 
El enemigo entró como una fría ráfaga de viento, congelando todo a su paso, y arrasándolo todo.
De aquellas historias lejanas en el tiempo, nos queda esa imagen de ese poblado que fue uno de los mejores protegidos, pero que contra los invasores de Roma, nada se pudo hacer. 

martes, 9 de marzo de 2010

Restos de un pasado lejano

Yacimiento arqueológico Miralrío, una casa carpetana.

El yacimiento contiene los cimientos de una casa carpetana del siglo IV a.C., y su importancia radica en ser uno de los pocos vestigios del pueblo carpetano, que dominó la zona de Madrid hasta la llegada de los romanos. Los alrededores se han acondicionado con carteles informativos y se ha reconstruido la apariencia exterior de lo que sería esta casa.

Carpetanos, pueblo céltico que ocupaba el sur de la Meseta, la zona de La Mancha, entre los ríos Anas (Guadiana) y Guadarrama, limitando al noroeste con los vacceos, al nordeste con los celtíberos, al sur con los oretanos y al oeste con los vettones. Su principal fuente de riqueza era el ganado.


Madrid, en la Edad del Hierro (siglo VIII a. C.) se jerarquizó el territorio, y en los siglos VI-V a. C. los carpetanos, pueblo celta que ocupaba el territorio de la actual Comunidad de Madrid, ya construían sus poblados con un urbanismo de calles y barrios; algunas viviendas tenían incluso dos plantas. Los principales yacimientos arqueológicos célticos de esta época son el del Cerro del Viso (Alcalá) y el de Pontón de la Oliva (Patones), situados en lugares de fácil defensa y protegidos por murallas y fosos.






Los carpetanos presentaron una ferrea defensa de su territorio cuando los cartagineses, al mando de Aníbal, empezaron a explorar y tratar de someter a las tribus del centro de la Península hacia el año 220 a. C. Aníbal tras atacar a los olcades y a los vacceos, regresó desde la ciudad vaccea de Salmantica (Salamanca); fue entonces cuando los carpetanos le hicieron frente; tras verse obligado a replegarse sobre el Tajo, acabó venciéndoles empleando su caballería y los elefantes, aunque posteriormente algunos de ellos se integraron como mercenarios en su ejército, con sus propios jefes.

La principal ciudad carpetana en Madrid era Ikesankom Konbouto, Complutum para los romanos (Alcalá de Henares), que con sus 68 ha de superficie era la ciudad más grande de esta etnia y la segunda más grande de Iberia en extensión.

si te gustaría saber más sobre este documento, aquí tienes el enlace.
http://www.celtiberia.net/articulo.asp?id=1445



sábado, 6 de marzo de 2010

viernes, 5 de marzo de 2010

Soñando con tesoros...




Éramos muchos los que soñábamos con ser arqueólogos de pequeños.
Soñábamos con encontrar un tesoro escondido, con desenterrar parte de una pequeña historia enterrada por las manos de alguien desconocido.
Quien no se ha dejado llevar por las imágenes del Antiguo Egipto, por la bella ciudad de Roma, por los grandes templos de Grecia. Seguro que hay más de uno que alguna vez quiso estar allí, en su época, en el momento de más esplendor.
Éramos pocos los que disfrutábamos en clase de historia, pero los que lo hacían, como yo, tendremos ese recuerdo tan especial...sentir como una hoja de un libro podía ser una cosa tan entretenida. Claro que era debido a la destreza y experiencia de ese profesor que hacía, que una simple anécdota fuese un mundo nuevo por descubrir.
Las mejores clases de historia fueron ya en el instituto, desde entonceslossueños de tesoros ocultos, ya no son sueños...

Bosques que esconden mucho más...

Los altos pinos se observaban desde lejos, eran una señal, cerca había un poblado, lo que no tenían muy claro era de qué pueblo se trataba.


Sin mirar atrás, y pese a las indicaciones que les había dado shrisded, no pudieron y no quisieron rodearlo, debían de esconderse de día, no podían ser vistos, así que decidieron que se internarían en el Bosque de ambix...




Desde que pusieron el primer pie dentro del bosque, sintieron que algo iba a pasar.
Se oía desde lejos una melodía... La siguieron y llegaron a una pequeña laguna de aguas claras.
Los dos amigos no creían lo que veían sus ojos; sentada estaba una muchacha joven, de tez clara y ojos almendrados, con cabello largo y de color oscuro como la noche. Sus ojos se abrieron y de sus labios salió una melodía fantástica. Los dos amigos cayeron al suelo...

Los valles siempre verdes

Los valles siempre verdes